Es sabido que los ingleses solían llevar consigo a sus perros a los diversos territorios que constituían el territorio británico, que a finales del siglo pasado eran sobre todo los terriers, entonces muy de moda. Fue así que a comienzos del siglo XX, del cruzamiento de diversas razas de terrier como el Cairn, el Dandie Dinmont y el pequeño Yorkshire se dio vida en Australia a este nuevo perro, despreocupándose de su correcta selección y dejando un poco al azar los resultados. Fue más tarde, sobre todo en las Indias, cuando se inició la cría con criterio, y el perro así seleccionado se difundió incluso en Inglaterra, donde en 1921 es fundado el Australian Terrier Club, redactándose sucesivamente el estándar de la raza. Los orígenes un poco inciertos han influido e influyen todavía hoy en esta raza, cuyo tipo aún no está fijado completamente.